Franz Joseph Haydn  (1732 - 1809)

Epoca: Clasico

Obras Representativas:


El Himno del Emperador

Compositor austríaco de la época clasicista de la música clásica. Su nombre completo fue Franz Joseph Haydn, pero él mismo nunca quiso utilizar su primer nombre. Nació en Rohrau, una pequeña población cerca de la frontera con Hungría, como hijo de un manufacturero de ruedas para carruajes.

Sus padres se dieron cuenta pronto de que Haydn tenía talento musical, por lo que cuando tuvo seis años le enviaron a vivir con unos parientes en una población no muy lejana, donde podría tomar lecciones de canto coral. Dos años después le oyó cantar el director musical de la catedral de San Esteban de Viena, y le llevó consigo. Durante nueve años Haydn formó parte del coro de la catedral. A pesar de que el director musical no le dedicaba al coro la debida atención, el joven Haydn aprovechó esos años de formación y experiencia, que sentaron una base sólida para su futuro.

En 1749 Haydn alcanzó la edad en la que ya no pudo cantar tonos agudos, por lo que fue despedido del coro. Unos amigos lo acogieron en su casa, y decidió convertirse en músico. Transcurrieron diez años difíciles, en los que tuvo que trabajar en diversos empleos relacionados con la música. Uno de ellos fue como sirviente y acompañante de un compositor italiano. No obstante, Haydn sacó partido de estos años y fue adquiriendo mayores conocimientos, hasta el punto en que compuso sus primeros cuartetos de cuerdas y su primera ópera. Paulatinamente su reputación como compositor empezó a desarrollarse.

Al final de este período, en 1759, Haydn recibió una oferta de empleo importante, que fue la de director musical del conde Morzin. Su misión consistía en dirigir la pequeña orquesta del conde y programar la música para cada evento. Al mismo tiempo componía, y escribió sus primeras sinfonías para la orquesta. El conde Morzin padecía dificultades económicas, por lo que a los dos años despidió a todos sus músicos. No obstante, Haydn encontró enseguida un empleo similar como asistente del director musical de la familia Esterházy, una de las más ricas e influyentes del imperio austríaco, y que residía en invierno en Viena y en verano en dos palacios de su propiedad, uno al sur de la capital y otro en Hungría. Cuando en 1976 falleció el viejo director, Haydn obtuvo su puesto.

En su nuevo cargo, Haydn tuvo una gran responsabilidad, que consistía en componer música para cada ocasión, dirigir la orquesta, interpretar música de cámara con miembros de la orquesta y también de la familia, y organizar el montaje de óperas. A pesar del intenso trabajo, Haydn se consideró un hombre afortunado. Los Esterházy eran amantes y conocedores de la música y le dieron todo el apoyo que necesitaba para su labor, incluso su propia pequeña orquesta.

Al ver que su situación era estable, Haydn se casó en 1760, pero el matrimonio no se entendía y no tuvieron hijos. Tuvo por el contrario una larga relación sentimental con una cantante de los Esterházy, con la que, según algunos biógrafos, tuvo uno o varios hijos.

Transcurrieron casi 30 años en los que Haydn trabajó en este cargo y en los que compuso un sinfín de obras. A lo largo de este tiempo su estilo fue desarrollándose y su popularidad fue creciendo. Con el tiempo llegó a componer tantas obras para su publicación como para los Esterházy. Obras tan conocidas actualmente como sus Sinfonías de Paris fueron compuestas en aquellos años. En 1781 Haydn estableció una estrecha amistad con Mozart, sobre cuyo trabajo había tenido alguna influencia en los años anteriores. Sintió una gran admiración por Mozart y por la maestría con la que había escrito sus recientes óperas y conciertos. Por su parte, Mozart se esforzaba en componer música de cámara que estuviese en su opinión a la altura de Haydn, a quien dedicó unos cuartetos de cuerda.

En 1790 murió el patriarca de los Esterházy y su sucesor resultó ser un hombre sin interés por la música, que despidió a la orquesta y jubiló a Haydn. Con tal motivo aceptó la oferta de un empresario musical alemán para viajar a Inglaterra y dirigir sus nuevas sinfonías con una gran orquesta. Su estancia en ese país fue un gran éxito. Haydn alcanzó una amplia fama y tuvo considerables ingresos. En Inglaterra compuso también algunas de sus obras más sobresalientes, como las Sinfonías de Londres y las Sinfonías Militares, el Cuarteto Reiter o el Rondo Gitano para trío con piano.

Habiendo considerado quedarse en Inglaterra, Haydn finalmente volvió a Viena, donde se hizo construir una gran casa, y decidió dedicarse a la composición de obras sacras. Escribió dos grandes obras, el Oratorio La Creación y el Oratorio Las Estaciones, así como seis Misas. También compuso los últimos nueve Cuartetos de cuerda. A partir de 1782 una enfermedad que había tenido anteriormente volvió a aparecer y se desarrolló hasta tal punto que ya no era capaz de componer, si bien en su mente las ideas de nuevas obras fluían con facilidad. A pesar de estar bien cuidado y no faltarle de nada, así como de tener amigos y ser un músico apreciado, Haydn debió pasar sus últimos años entristecido por no poder trabajar en su música.

Haydn murió a los 77 años de edad, mientras Viena era atacada por las tropas de Napoleón. Sus últimas palabras fueron las que dirigió a sus sirvientes, tranquilizándoles acerca de las bombas que caían en la vecindad.

Junto con Mozart, Haydn es considerado el máximo compositor del periodo clasicista de la música clásica y uno de los más grandes compositores de este género. Se le considera el padre de la sinfonía y del cuarteto tal como los conocemos en la actualidad. También fue innovador en definir la forma de la sonata y de componer sonatas para teclado y tríos para piano.
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